Entrevista en INFOYA de San Rafael sobre la creación del Fondo Documental Digital Dr. Humberto A. LAGIGLIA

Me llamo Rubén Darío ROMANI, y como Fito Páez, entre muchos, también nací en el 63.
Trabajo desde hace más de 3 décadas en el área Cultura de la Provincia y de manera intermitente en proyectos de entidades civiles de Argentina y algunas de otros países de América Latina. Me interesa el patrimonio intangible y los imaginarios sociales.

He estudiado Museología (La Plata, Argentina) y Gestión Sociocultural (Fundación Tikal, Universidad Tres de Febrero, Argentina) Luego obtuve un Máster en Arte Latinoamericano (Fac. Artes y Diseño, Uncuyo) y otro Máster en Gestión del Patrimonio (Universidad de Andalucía, España).

¿Cómo comenzaste con la museología?

Por mi acercamiento al Museo de Historia Natural en la década de los 80 vi que esa profesión me podía dar herramientas para ampliar el trabajo que empezaba a hacer, vinculado con la institución museo tradicional pero también ligado a la gestión cultural de la Memoria, gran eje de mis intereses y que es un elemento transdisciplinario. Yo estaba interesado en las leyendas y los relatos de vida, en la literatura popular, en cómo construimos imagen del mundo y nos movemos en él con ese imaginario. Y en la idea de museo, ya no como tumba de objetos sino como un portal en el tiempo entre todas las generaciones y su producción intangible y material.

En esos años empezaba a hablarse de la Ecomuseología, de la gestión museológica del territorio y sus patrimonios, y ya estaban los inicios de la deconstrucción del colonialismo que hemos padecido en todos los ámbitos de la vida, no sólo de la educación formal o las ciencias. Como no había carrera en ámbitos universitarios, accedí a la oferta de Educación a distancia y con residencias cada 3 meses que ofrecía el Instituto Superior N°8 8, de La Plata, que formaba en el campo de la bibliotecología y la museología.

¿Qué rol tuvo en tu vida Tito Lagiglia?
La institución creada y levantada por Tito y sus colaboradores era para mí la única alternativa de un espacio de trabajo donde se respirara libertad de pensamiento, compromiso con el entorno y el pasado humano, en un San Rafael posdictadura más que asfixiante…, ya que creo que nunca tuvimos una “primavera cultural” en el sur mendocino…  El propio Lagiglia había sufrido la persecución ideológica cuando lo echaron de todos los ámbitos educativos dejándolo en la categoría de ordenanza del Museo que se había municipalizado en 1974, pocos años antes del Golpe.

Me acerqué para explorar posibilidades laborales, estuve muchos años como “colaborador” recibía una pequeña beca de subsistencia del Instituto de Ciencias Naturales y después de perseguir mucho al Chicho Ruso, creo más bien por bondad de su esposa y de Margarita Lagiglia, accedieron a nombrarme en el Museo. Paradojas de la vida, cuando me recibí de museólogo me encontré con Ruso en Retiro, volviendo de La Plata, y la semana me fui del museo para trabajar en la Dirección de Cultura y para luego irme de San Rafael a Mendoza. Formamos allí familia con su hija Verónica. Lo acompañamos en su operación del corazón y durante esos años de vida académica en la UNCuyo.

¿Cómo era él con ustedes?

Lagiglia era generoso con muchas personas, alentaba a explorar el potencial de cada uno, hasta que como adolescentes hacíamos un proceso de decisión personal que podía o no coincidir con sus ideas. Para mí era un sembrador de vocaciones en las ciencias humanas y del ambiente. Abría su casa a todos, tal vez demasiado. Ante una consulta mínima teórica o por un proceso social, enseguida te llenaba de libros para que  buscaras la respuesta, por supuesto él daba la suya rápidamente…, pero el clima era de fermento cultural, tan alejado de las actitudes depredadoras de tanta gente que ocupaba instituciones culturales de la época.

¿Cómo comenzó el proyecto del “Fondo Documental Dr. Humberto Lagiglia” para la UNCuyo?

Los últimos años de Tito fueron muy decepcionantes por cómo lo trataron aquellos que hoy se llenan de vanagloria con su obra, la tibieza cómplice de concejales y funcionarios municipales que habían trabajado una vida a su lado fue asqueante. Además del dolor de la pérdida quedaba una montaña de libros, papeles de investigación y elementos atesorados por él, un mínimo…, dado que todo lo que hacía lo incorporaba al museo, pagando libros y gastos operativos del museo de su propio bolsillo.

Además, sus últimos años florecieron en  la UTN  y en el Profesorado de Ciencias Naturales de la Escuela Normal Superior y del IES del Atuel. en San Rafael, en la Universidad de Cuyo, donde ganó la cátedra por concurso, verdad decir que debió ingresar mucho antes pero nunca se dieron las circunstancias, el centralismo menduco también hizo mella ahí, pero su calidad se impuso y fue un gran impacto en sus estudiantes, por lo que resultaba atractivo que se habilitara un espacio institucional en su memoria en la capital.

En esa Universidad desarrolló sus aportes científicos como profesor por concurso de la cátedra de Arqueología Prehistórica, en la carrera de Historia de la misma Universidad, donde además renovó su Museo Arqueológico Canals Frau. Fue investigador de la UNCuyo, vicepresidente de la Asociación Argentina de Profesionales de Arqueología y evaluador de proyectos del Conicet.

Por decisión de sus hijas, rescatamos el material, lo organizamos siguiendo lo que él mismo ya había iniciado, separamos la bibliografía que pertenecía a la biblioteca del museo y la entregamos, igual que la colección de negativos, positivos y diapositivos fotográficos de las excavaciones y acciones del museo, donadas el año pasado al Museo para que ojalá sean preservadas y escaneadas para futuras consultas.

Buscamos socios de la idea y encontramos muy buena recepción en el equipo del SID, Sistema Integrado de Documentación de la Universidad Nacional de Cuyo, ámbito que reúne la gestión de todas las bibliotecas de la UNCuyo. Allí con Horacio de Giorgi, Pablo Agüero y Adrián Méndez nos pusimos en la tarea de la preservación física del material y su tratamiento archivístico, y yo me dediqué a escanear toda la producción de Tito como autor de trabajos de investigación, de difusión cultural y sus libros editados e inéditos, con el fin de armar un Micro Sitio de homenaje y de consulta dentro del ámbito de la Biblioteca Digital que ya tiene la Universidad.

¿Qué documentos integran este Fondo y cómo se podrá acceder a él?

Demorados por  temas de infraestructura y luego por el impacto de la pandemia, recién el 2 de marzo pasado, Agüero recibió para el CDH, Centro de Documentación Histórica del SID-UNCuyo, la primera entrega de materiales, unas 600 piezas entre libros,  las colecciones completas de la Revista de Investigaciones del Museo de Historia Natural, las Notas del Museo y todos los libros editados por Lagiglia fueran suyos o de terceros, las Actas de los Congresos de Arqueología que organizó, cajas con material de apoyo a sus investigaciones, fotos, diagramas, dibujos de piezas, documentación personal curricular, bibliografía de diversas revistas y publicaciones de arqueología y antropología, sus materiales de apoyo para clases, filminas, fotografías y apuntes, entre otros.

El acceso a estos documentos estará en manos del CDH dentro de unos meses, a medida que se proceda a la limpieza, almacenamiento en cajas de conservación adecuada, su inventario y descripción archivística.

La parte de sus trabajos científicos ya se puede empezar a consultar en el sitio digital
https://coleccionlagiglia.bdigital.uncu.edu.ar/  Allí con la ayuda de Eudis Bello ya hemos incorporado unos 80 documentos que ya están disponibles y calculo se seguirán agregando hasta llegar a unos 200 trabajos de autor y otros materiales anexos. Estará abierto para acceder desde la red mundial de internet.

Esta semana inaugura la remodelación del Museo en San Rafael y se le impondrá el nombre de Tito Lagiglia ¿cómo se sienten?

Para la comunidad que lo conoció de cerca y de lejos, el museo siempre será el museo Lagiglia, sin su nombre, con otro…, con el suyo. Se podrían analizar aspectos involucrados en la gestión política y cultural del pasado y del presente de la institución y seguramente habría diversidades de opiniones  pero tal vez no sea el momento, lo importante es que el museo necesitaba una ampliación tanto como necesitará de ahora en más hacer concursos de ingreso para tener una planta de profesionales que sigan investigando lo acumulado y lo que falta estudiar de las ramas de la ciencia objeto de la institución, y un presupuesto que haga real la conservación del patrimonio de su acervo tanto como la gestión moderna de la comunicación con sus visitantes y la comunidad local.

Si tuvieras que resumir en pocas palabras el trabajo de Tito ¿Cuáles serían?

Resiliencia.

Constancia y pasión en seguir y construir los objetivos de vida.

Generosidad  (hasta con quienes lo agredieron y persiguieron)


Lo que quieras agregar con toda confianza.

Siempre he pensado que San Rafael trata mejor a quienes vienen a vivir de lejos a sus tierras que a los nacidos allí. Sin dejar de ver que los nacidos ahí, son hijos de otros que vinieron antes, de lejos, a construir la utopía de sus vidas. Pero en términos de historia cultural, San Rafael no parece merecer los grandes hombres y mujeres que se han destacado y hoy son ceniza del olvido y las malas gestiones institucionales, de la política y de la comunidad también. Un Raul Marcó del Pont, un Ángel Bustelo, una Hortensia Vázquez de Bustos, un Juan Pi, un Mauleón Castillo, un Humberto Lagiglia, entre otros por hacer una lista corta.

Somos una sociedad aluvional, es decir, alimentada de inmigrantes interesados en sobrevivir y salvar a sus hijos, se entiende el exitismo y el apego a lo monetario, los bienes, la vida cómoda si se logra. Pero la deuda cultural es enorme. Y  la política partidaria, desde el retorno de la Democracia, poco ha hecho para salvarla, y mucho de lo que hicieron y hacen es para salvarse ellos mismos.

Entonces, bienvenido todo lo que rescate del olvido una poética, una obra de ciencia, una producción artística, un pensamiento y acción sobre las generaciones que nos precedieron. Pero hacer memoria no es ser nostálgicos y bobos, ni sentimentalistas. Ser memoriosos es un ejercicio crítico de rememorar y discernir las verdades plurales de la vida de la hojarasca de la contingencia.-

Luján de Cuyo, 18 de marzo de 2023

NOTA: El Fondo Digital puede consultarse en:
https://coleccionlagiglia.bdigital.uncu.edu.ar/s/lagiglia/page/welcome

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